¿Solo color para tu comida?

El lado B de los Aditivos

¿Sabías que ese inocente caramelo rojo que tanto te gusta podría tener más en común con un experimento químico que con una fresa de verdad? Bienvenidos al mundo de los aditivos, esos E seguidos de números que parecen códigos misteriosos que se esconden en las etiquetas de los alimentos procesados. No son códigos secretos… pero casi.

Hoy nos adentramos en el colorido (y algo inquietante) universo de los aditivos alimentarios, con especial foco en los colorantes artificiales como el famoso E129. Te contamos por qué están bajo la lupa de la Unión Europea, por qué Estados Unidos se ha unido al club de los que dicen “hasta aquí”, y qué demonios es eso del efecto cóctel que suena tan divertido como peligroso.

¿Qué son los E-números y por qué están en casi todo?

Los aditivos son la forma europea de catalogar los aditivos que se añaden a los alimentos para conservarlos, darles textura, sabor, y sobre todo… color. Desde el E250 que mantiene el jamón rosa, hasta el E129 que convierte un pastelito en una mini discoteca comestible, están por todas partes.

¿Y por qué nos debería importar? Porque no todos los aditivos son igual de inocentes.

Los sospechosos habituales: E129 y compañía

E129 – Rojo Allura AC

  • Lo encuentras en: caramelos, refrescos, helados, cereales.

  • Lo que dice la ciencia: posible vínculo con hiperactividad en niños y reacciones alérgicas.

  • Lo que dice la legislación: permitido en la UE, con advertencia obligatoria en el etiquetado si se dirige a menores. Prohibido en varios países europeos como Francia, Alemania, Noruega o Suiza.

E102 – Tartrazina

  • Lo encuentras en: mostazas, golosinas, bebidas tipo isotónica.

  • Sospechoso de: generar reacciones alérgicas, problemas de atención.

E250 – Nitrito sódico

  • Usado en: jamón cocido, salchichas, embutidos.

  • ¿El problema? Puede formar nitrosaminas al calentarse, compuestos potencialmente cancerígenos.

El efecto cóctel: cuando 1 + 1 no son 2

Aquí viene el giro inesperado. No se trata solo de si el E129 es malo o el E250 es sospechoso. El verdadero problema es que nadie come un solo aditivo a la vez. Desayunamos cereales con colorantes, comemos embutidos con conservantes, bebemos refrescos con edulcorantes. ¿Qué pasa cuando todo eso se mezcla en el cuerpo?

A esto se le llama el efecto cóctel, y no es precisamente una fiesta. La ciencia está empezando a estudiar cómo interactúan múltiples aditivos juntos, porque aunque cada uno esté por debajo de su dosis «segura», en conjunto podrían generar efectos no previstos. Y aún no tenemos todas las respuestas. Y solo estoy centrándome en la cocina, si salimos de ella y nos detenemos en el baño la sorpresa sería mayúscula. Geles de baño, champú, perfume, esmalte de uñas, cremas faciales, etc… el «efecto cóctel» que soportamos a diario es enorme y… bueno, estoy se quedará pendiente para otra entrada del blog, siempre que lo soliciten en comentarios.

Europa se pone seria… y EE.UU. reacciona (por fin)

* En la Unión Europea:

  • El E129 sigue permitido pero muy controlado.

  • Algunos colorantes, como el E171 (dióxido de titanio), ya han sido prohibidos.

  • Varios países han ido más allá y han vetado el E129 nacionalmente.

* ¿Y Estados Unidos? Atención a esto:

La FDA anunció que antes de finales de 2026, se prohibirán seis colorantes sintéticos muy comunes en su mercado:

  • Rojo 40 (E129)

  • Amarillo 5 y 6 (E102 y E110)

  • Azul 1 y 2, y Verde 3

¿El motivo? Preocupación por la salud de la población, especialmente la de los niños, además de una creciente presión por parte de científicos, asociaciones de padres y consumidores. Por fin, el país de los cereales fluorescentes y las porciones tamaño XL está tomando medidas.

¿Y yo qué hago con todo esto?

No se trata de entrar en pánico, sino de tomar decisiones con algo más de información:

– Lee etiquetas: si parece una lista de componentes de nave espacial, tal vez no sea lo más natural.
– Menos ultraprocesados, más real food.
– Busca productos con colorantes naturales (como remolacha, cúrcuma o espirulina).
– Apps como Yuka o Open Food Facts te pueden ayudar a saber qué estás comprando en segundos.

Conclusión: no todo lo que brilla… es fresa

Los colorantes y aditivos nos rodean, pero por suerte, cada vez sabemos más sobre ellos. Lo que antes pasaba desapercibido, ahora está siendo cuestionado, revisado y regulado. La industria alimentaria está en plena transformación, y tanto consumidores como autoridades están diciendo: queremos saber qué hay en lo que comemos.

Porque sí, el mundo es mejor con color… pero si es natural, mejor aún.

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